Insectopías

La avispa cartonera o Polistes dominula debe su nombre a que su nido está construido con celulosa obtenida de árboles; es decir que la estructura en donde viven por periodos de tiempo es de papel, como el que fabrican los hombres. Sin embargo, la laboriosidad de las avispas para fabricar su morada tiene como fin esa construcción que sustentará y garantizará su vida. Nada más. El papel es su casa y su casa es de papel. Pero los hombres no “laboran” haciendo papel sino que “trabajan” en fabricas que lo producen para luego venderlo y seguir trabajando fabricando papel.

La singularidad del ser humano que lo distingue de otras criaturas es que puede producir cosas artificialmente a partir de recursos que son obtenidos de manera violenta. Las abejas laboran, los hombres trabajan. En esta exposición Gonzalo García plantea una relación del trabajo y de la labor (como ya lo había hecho Hannah Arendt de forma brillante en La condición humana) a partir del ejercicio de reciclar nidos de avispa para pintar sobre ellos imágenes de osos. Usa el papel hecho por las avispas para trabajar sobre él, pensando fundamentalmente en las metáforas elaboradas por la modernidad para comparar procesos de producción obreros con los de algunos animales que tienen una organización social compleja como abejas, avispas y hormigas.

Pero también usa la imagen del oso haciendo referencia al relato de Frank Tashlin El oso que no lo era en el que un oso despierta al llegar la primavera y descubre que se encuentra debajo de una enorme fábrica. Cuando intenta salir de su madriguera los humanos no creen que es un oso, sino un humano usando un abrigo de piel que necesita una afeitada. Esta exposición exhibe de manera poética que puede haber incluso usos de los supuestos modernos de los que aparentemente no se podía escapar, así como existía la pretensión de que no se puede escapar de las cadenas de montaje.

La relación con el trabajo que muestra García es evidente solo en la medida en que se pueden considerar las premisas laborales de la modernidad pero también, que la naturaleza se convierte en un producto artificial negando cualquier posibilidad de retorno con una a una forma de entendimiento no productivista. No poder ver al oso como oso sino ver un hombre sin rasurar y también, considerar los panales, nidos y hormigueros como productos de una organización social laboral es concebir que ya nada puede escapar de una especie de antropomorfización de la naturaleza provocada por los procesos de modernización.

Es una exposición de osos-hombres, nidos-papeles. Es un ejercicio del trabajo.

**Daniel Montero Fayad**