ANXIETY SYNDROME

Tiempo Muerto was born from my interest in giving new uses and recovering everyday objects in disuse, due to my love of painting in watercolour. Watercolour pigments are usually minerals that are processed or elaborated in chemical laboratories, however there has been a boom in the last few years in elaborating them in a homemade way. From there I came to the conclusion that it was more interesting to use a discarded object that had already been handled to give it a second life through the image. So, walking one day after the demonstrations at the beginning of 2019, I came across a brick and a machete. Elements that were used as instruments of protest. After researching I processed these objects and turned them into a photosensitive emulsion. With this I made images that allude to protest, revolution and social emancipation. I took as references El Bogotazo, records of mingas in Cauca, anonymous revolutionaries in other parts of the world such as Venezuela or Zaire.

Esta serie iba acompañada con unas imágenes detrabajadores durmiendo en paisajes en ruinas haciendo alusión a el malestar y la desazón social por las condiciones infrahumanas de traba- jo, a la ruina de los valores en los que se fundamenta la civili- zación occidental . Así mismo emplee libros con el código de trabajo y la Constitución Política de Colombia a la manera de columnas con patrones de hexágonos entre las hojas. Esto para expresar la idea de que nos encontramos en un espacio social diseñado para que seamos agentes sin voluntad a la merced de fuerzas mas grandes.

En alguna parte del sistema postal, en la parte de atrás de varios camiones o en la bodega de varios aviones, hay más sistemas de succión que se dirigen a mi casa. Decenas de millares se dirigen a las casas de otra gente. Esa gente y yo creemos en ellos. En algo que nos salve. Que nos libre. Que nos haga felices"*

REFORZADOR LABIAL - Chuck Palahniuk

El filósofo francés Henry Bergson afirmaba que “el vacío sólo existe como concepto”, señalando un cambio en los paradigmas de conocimiento sobre el tiempo y el espacio impulsados por el descubrimiento del átomo o la teoría de la relatividad de Einstein. Es en este escenario de trasformaciones que se desarrolló un dispositivo de paredes rígidas del que se extrae el aire y otros gases mediante una bomba al cual se llamó bomba o cámara de vacío la cual posibilitó, entre otras cosas, el descubrimiento del electrón o el perfeccionamiento del tubo de rayos catódicos, que a su vez nos permitió ver a través de un aparato televisivo la llegada del hombre a la luna, otro acontecimiento impulsado por dicha cámara. Sin embargo, más allá de tan loable empresa como se supone que puede llegar a ser la conquista del vacío (y más aun la del vacío sideral) no deja de ser curioso que uno de los usos menos documentados de dicho artefacto y no por esto menos significativo, tiene el propósito de succionar los genitales, u otros órganos susceptibles a expandirse, al evacuar el aire de las cavidades cavernosas forzando la entrada de la sangre en ellas, todo esto con el fin de aumentar el tamaño de los miembros de manera desproporcionada. El uso libre de las bombas de vacío nos lleva a contemplar una gran paradoja: que el vacío, ese gran enemigo de el pensamiento positivista y de la razón occidental, hace felices a muchas personas en definitiva.

Cabe preguntarse si el modo grácil, elegante y para muchos abyecto, en que una bomba de succión dilata las zonas erógenas al límite de sus capacidades físicas responde a un plan más allá de la simple estimulación erótica o si obedece a un programa de aniquilación de un con- cepto de corporalidad que históricamente ha pensado el cuerpo como contenedor de significados, experiencias, sensaciones o individualidades. Las dualidades mente-cuerpo, alma-cuerpo, espíritu-cuerpo, han forjado una particular mirada respecto al cuerpo, lo han hecho un organismo, un cuerpo organizado, un cuerpo funcional, un cuerpo lleno; el vacío es por extensión el gran antagonista de nuestros cuerpos. Dispositivos como las bombas de vacío facultan a miles de usuarios con la posibilidad de experimentar casi de un modo patológico y de construir una expresión corporal nueva deponiendo el sentido mismo del cuerpo como depósito y sistema.

Quiero que mis acuarelas sean completamente superficiales [1] y que evidencien la naturaleza obscena de la imagen respresentada, tal como afirma Baudrillard: “[...]De repente el porno hace aparecer la sexualidad también como superflua; eso es lo obsceno: no que haya demasiado sexo, sino que finalmente el sexo sea superfluo [...]El desfallecimiento del universo pornográfico, la ausencia espectacular de sensualidad y de placer, eso es lo obsceno[...] [2]

[1 ] Sobre este punto afirma Deleuze: “El sentido no es nunca principio ni origen, es producto. No está por descubrir, ni restaurar ni reemplazar; está por producir con nuevas maquinarias. No pertenece a ninguna altura, ni está en ninguna profundidad, sino que es efecto de superficie, inseparable de la superficie como de su propia dimensión.no es que el sentido carezca de profundidad o de altura; son más bien la altura y la profundidad las que carecen de superficie, las que carecen de sentido, o que lo tienen sólo gracias a un «efecto» que supone el sentido[...]”. DELEUZE, Gilles. Lógica del Sentido. Ediciones Paidós. 2010. p. 95

[2] BAUDRILLARD, Jean. Las estrategias fatales. Editorial Anagrama. 2000. pg. 29 y 56

La avispa cartonera o Polistes dominula debe su nombre a que su nido está construido con celulosa obtenida de árboles; es decir que la estructura en donde viven por periodos de tiempo es de papel, como el que fabrican los hombres. Sin embargo, la laboriosi- dad de las avispas para fabricar su morada tiene como fin esa construcción que sustentará y garantizará su vida. Nada más. El papel es su casa y su casa es de papel. Pero los hombres no “laboran” haciendo papel sino que “trabajan” en fabricas que lo pro- ducen para luego venderlo y seguir trabajando fabricando papel. La singularidad del ser humano que lo distingue de otras criaturas es que puede producir cosas artificialmente a partir de recursos que son obtenidos de manera violenta. Las abejas laboran, los hombres trabajan.

En esta exposición Gonzalo García plantea una relación del trabajo y de la labor (como ya lo había hecho Hannah Arendt de forma brillante en La condición humana) a partir del ejercicio de reciclar nidos de avispa para pintar sobre ellos imágenes de osos. Usa el papel hecho por las avispas para trabajar sobre él, pensando fundamentalmente en las metáforas elaboradas por la modernidad para comparar procesos de producción obreros con los de algunos animales que tienen una organización social compleja como abejas, avispas y hormigas. Pero también usa la imagen del oso haciendo referencia al relato de Frank Tashlin El oso que no lo era en el que un oso despierta al llegar la primavera y descubre que se encuentra debajo de una enorme fábrica. Cuando intenta salir de su madriguera los humanos no creen que es un oso, sino un humano usando un abrigo de piel que necesita una afeitada.

Esta exposición exhibe de manera poética que puede haber incluso usos de los supuestos modernos de los que aparentemente no se podía escapar, así como existía la pretensión de que no se puede escapar de las cadenas de montaje. La relación con el trabajo que muestra García es evidente solo en la medida en que se pueden considerar las premisas laborales de la modernidad pero tam- bién, que la naturaleza se convierte en un producto artificial negando cualquier posibilidad de retorno con una a una forma de entendimiento no productivista. No poder ver al oso como oso sino ver un hombre sin rasurar y también, considerar los panales, nidos y hormigueros como productos de una organización social laboral es concebir que ya nada puede escapar de una especie de antropomorfización de la naturaleza provocada por los procesos de modernización. Es una exposición de osos-hombres, nidos-papeles. Es un ejercicio del trabajo.

Daniel Montero Fayad